Ay Federico, ojalá no existieras
Porque cada mañana asaltas mi conciencia, y me haces reflexionar sobre temas, que de otra forma, yo habría pasado de puntillas. Eres tú el culpable de más de un calentón matutino, y en general del estado de ansiedad política en el que me encuentro.
Ojalá no existieras tú, ni César, que me hipnotiza con sus editoriales de La Linterna, y los paralelismos histórico-mitológicos que siempre encuentra para analizar la actualidad.
Y desearía también que no existiese ningún medio como Libertad Digital. Quisiera no enterarme por Pérez-Recarte de las miserias que subyacen en los datos macroeconómicos, de uno y otro gobierno. Y tampoco necesito defenderme de la LOGSE con los artículos de Amando de Miguel; yo no la he sufrido.
Vivo también angustiado pensando en lo que los periodistas de investigación de El Mundo puedan publicar mañana, aunque crea que Pedro J. tiene intereses ocultos detrás del “pasteleo” permanente con ZP. Ojalá no investigasen nada y dejasen las cosas como están.
Tal vez así sería una víctima más del pensamiento único, pensaría entonces que el Alcalde de Madrid es un gran estadista, o que Saddam es una hermanita de la caridad. Estaría convencido de que el gobierno anterior mintió, y que las manifestaciones del 13-M fueron espontáneas. Creería entonces que Estados Unidos se mereció el 11-S y tal vez hasta habría aplaudido, alborozado al verlo por la televisión, como hizo algún diputado de Izquierda Unida en el bar del Congreso. No entendería por qué no se le ocurrió a Aznar lo de la “alianza de civilizaciones”, siendo como es una gran idea.
Sería mucho más fácil, porque entonces sería del PP y no del PSOE como soy del Real Madrid, y no del Barcelona.
¿Por qué me haces esto?
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