05 marzo 2007

VÁYASE, "SEÑOR" ZP

Hay una imagen que me atormenta desde el jueves pasado, una imagen que despierta sentimientos y vivencias que probablemente ya estaban deshauciadas, y que sin embargo quiero revivir escribiendo estas líneas. El 12 de julio de 1997, tras 48 horas de un angustioso secuestro, en el que ETA exigía el acercamiento de los presos vascos a las vascongadas, Miguel Angel Blanco ingresaba prácticamente cadáver en el Hospital Donostia. Había sido asesinado como un perro, en un camino, con las manos atadas y por la espalda. Sus asesinos, Txapote y su compañera, no fueron capaces de mirar a Miguel Angel mientras le descerrajaban un tiro en la nuca. El gobierno del PP, tan criticable en otras cuestiones, hizo gala de una entereza incuestionable, sobre todo el entonces Ministro del Interior Mayor Oreja y su presidente, José María Aznar, quienes cerraron todas las puertas a una hipotética negociación con los asesinos para salvar la vida de Miguel Angel. Qué gran acierto, pues sin duda un apaño con los etarras habrían llevado a más y más secuestros para conseguir los fines políticos que dicen perseguir los asesinos. No era fácil la decisión, pues en aquel momento estaba en juego la vida de un inocente, de un luchador por la libertad, de un español decente, de uno de nosotros.

A pesar de haber vivido épocas más duras en la lucha antiterrorista, creo que algo se rompió en mí al conocer la noticia, y creo que en aquellas personas con las que compartí aquellas horas, el Editor de este blog incluido. La muerte de Miguel Angel provocó tal rechazo que los demócratas conseguimos que los etarras y sus cómplices se encerrasen en sus casas y de verdad temiesen por sus personas.

Esa misma puerta que Miguel Angel franqueó, moribundo, postrado en una camilla, fue atravesada el jueves por uno de los mayores asesinos de la banda, con 25 muertos a sus espaldas, y tras una vergonzosa cesión del Gobierno de España. Los mismos médicos que intentaron hacer lo imposible por salvar la vida de Miguel Angel, ahora se ven obligados a suministrarle caldos al asesino, y asistir impertérritos a sus ya famosas hazañas sexuales.

Es algo macabro, que si bien de una forma virtual, coincidan la máxima expresión de la no negociación de objetivos políticos con los asesinos con el sujeto que representa la rendición del Gobierno al chantaje de los terroristas, una especie de repugnante equilibrio del cosmos para vergüenza de todos los españoles.

"Señor" ZP: ¿De qué han servido tantos y tantos sacrificios de la lucha antiterrorista si ahora están dispuestos a poner a la Nación a los pies de los terroristas? ¿Cuantos muertos más va a permitir para conseguir un comunicado de ETA que le permita ganar las elecciones? ¿Tiene límite su sectarismo? ¿parangón su incompetencia?

Por favor, "señor" ZP, Vallisoletano que se dice leonés (que ni en eso dice la verdad), váyase. Váyase ya, por su propio bien y por el de España. Váyase antes de que la historia le termine de consagrar como el peor presidente conocido y el más perjudicial para España. VÁYASE.

1 comentario:

Enrique Pascual dijo...

Totalmente de acuerdo camarada, llego la hora de luchar como hicimos el otro día en la Castellana juntos, hay que salir a la calle para demostrarle a Rubalcaba que con ESPAÑA no se juega y si juegas con España te la juegas.